Que tiempos aquellos en los que solo había un imbécil, un loco, un cornudo, un borracho, un ladrón y un policía en cada pueblo.
Y cero castrados,
ni con inyecciones ni con hormonas femeninas esparcidas por todas las bebidas y comidas del imperio.
Un solo maricón, pero normal, sin ideologías de mierda, más hombre que el resto de los hombres de cinco barrios a la redonda.
Todo un ejemplo de desafío y libertad, siempre amigo, nunca marioneta.
Tiempos de mucho piojos y ladillas pero, sin psicoanalistas ni anfetaminas; con cero autismo y cero Guillain-Barré
En fin...
Cualquier tiempo presente, es peor.
Mucho peor.