Máquina inusual,
que a todas horas estás,
autómata desprendido,
arrastrándome a su olvido,
¿Qué te prometerán,
a cambio de tu luto inusual?
Muevo el peón,
suelto al caballo con brío,
el rey a un extremo,
al alfil ni moverlo,
se va la luz de neón,
desconsolado me duermo,
el desvelo y el miedo
galopan el mismo abismo.
¿Te ofrecen los “para siempre”
que a mí me arrancan?
máquina infernal,
se burlan de nuestra fragilidad,
armado con desigualdad,
por ojos que ya no surcan
en su realidad subnormal,
el tablero se quiebra en diagonal.