Se cierra al descanso la persiana,
sudadas pestañas ciegan los ojos,
saldo del día con flores y abrojos
incertidumbre en el mañana.
Del cálido lar a la ventana,
imágenes de fríos despertares,
resguarda mis alegrías y pesares;
espera el toque de la campana.
En el remanso llega el bullicio,
de los días rojos de calendario,
no aparecen en el sumario.
Pasa y pasa el sol y respira
sobre las ideas y pensamientos
mientras la piel ya no se estira.