Cada día que pasa se alarga mi historia
historia que ya nadie va a querer contar,
mis silenciosas guerras sin pena ni gloria
mis dolores que nunca pude yo arrancar.
Un pasado que va olvidando mi memoria
un par de lágrimas que supe yo llorar,
la felicidad meramente transitoria
mi fe rebelde que no quiso claudicar.
La muerte debajo de mi piel arrugada
que solo busca como emerger de la nada
sin deber de tener que dar explicación.
Y en la música callada del mismo viento
mi alma encerrada en un inútil sentimiento
y mi conciencia pidiendo, solo perdón.