Isabel Ortiz
Domo de sueños
Domo de sueños...
Externo, distinto a lo antiguo,
anhela vivir ubicuo
por territorios desconocidos,
embaucada observando desde aquí.
Tus ojos calisto rocían sus órbitas a lo verde.
Los primulos son huéspedes
de esta pasión creciente
en donde mi ternura se extiende.
Crespas versan envolventes
los hilos de la memoria.
En los estruendos, allí,
un domo de sueños.
Soy cautiva del suspiro,
el que me deja tu gris ajeno,
es mi corazón, mi deseo.
Sácame de este firmamento
a las horas de la noche,
antes de que amanezca
y se establezca el silencio.
Despierta el azul tamiz de lira
que en los recuerdos recuesta,
al dolor se le confiesa
y por la marca camina.
A deseos de régulo
que miran tras el polvo de las hojas
esperando impaciente,
las súplicas de viejas bocas.
Escucho su voz en otros labios,
esos que susurran en mi mente,
y te hallo tan lejano, tan ausente
entre el cúmulo de cambios.
A lo lejos el frío tiritante cruza y llega mutilante,
me impide levantar,
no dejo de alucinar
por el risueño solsticio de verano.
Me deja con ese dolor tan vibrante.
Él es mi cielo templante
que miro a la luz distante,
Él es mi templante cielo
que miro a través del domo de sueños.
-Isabel. O