No hubo risa
no hubo llanto
una quietud se instalo
en cada rincón de mi existencia.
las voces callaron.
los oídos se ensordecieron,
los anaqueles envejecieron
y el polvo silente y sereno
fue ocupando cada espacio
de mis cosas,
envejecí y el olvido fue cortando
el césped de mis recuerdos,
de a poco, el jardín quedo vacío
ni flores, ni aves, ni espinas, ni mieles
y en el medio del jardín
oxidada por el tiempo : UNA BANCA
y en ella, sentada y callada
vestida de ausencia y un velo cubriendo
el rostro: TU PARTIDA
al final solo quedo eso y el olvido.