Somos dos, compartiendo un cuerpo,
hoy desperté pensando en ti y en lo efímero.
Al amanecer, reflexioné sobre lo que nos mantiene unidos,
pero al mediodía, ya no era yo, eras tú,
apretando mi corazón contra las paredes de mi pecho,
agobiando mi mente, desgarrándome.
Caminé por las calles, siendo tú,
con la cabeza baja, sintiéndome menos valioso,
con la sensación de que estoy solo.
Al llegar a casa y enfrentar la realidad,
me refugié en dulces, llenándome la boca,
y mi otro yo regresó, más calmado.
Reflexioné sobre las cosas y me di cuenta
de que no es la vida que quiero vivir.
Dejé una nota y estreché mi mano con mi otro yo,
ambos partimos para dejar atrás
un cuerpo vacío, sin alma, sin corazón, sin sentimientos,
vagando por las calles con una sonrisa fingida.
Autor : angel Gabriel cortes jose