José Luis Barrientos León

Condena

 

Condenado a contemplar sus ojos,

de luz y fuego, de mar y cielo,

tránsito por madrugadas desconocidas,

cubierto con su soledad amorosa,

impregnando en mi piel y mi alma

su latido como consuelo,

su mirar de azul,

y su amar ingenuo.