Eres la razón por la que florece mi día,
el faro que guía mis pasos en la niebla.
En tu risa encuentro mi alegría,
en tus ojos, el brillo de la luna.
Eres la calma tras cada tormenta,
el refugio donde el mundo no pesa.
Tu voz, un canto que el alma alimenta,
tu amor, mi regalo, mi mayor riqueza.
No hay palabra que explique lo que siento,
ni verso que abarque tu esencia infinita.
Eres el sueño que vives despierto,
mi lugar seguro, mi paz bendita.
Por ti escribo, por ti respiro,
eres el latir que me mantiene vivo.
Hoy y siempre, te elijo sin duda,
porque mi corazón, solo por ti, murmura.