Hoy el cielo se vistió de gris
y la lluvia canta su condena.
Todo el barrio lleva en la vereda
el rumor amargo del adiós.
Tu palabra fue como un puñal,
un \"me voy\" que el alma me desgarra,
y este amor que vive en mi guitarra
hoy se quiebra en notas de dolor.
Si las luces de la calle tiemblan,
es que saben de esta soledad.
En el aire flota la verdad:
te llevás mi vida al caminar.
Pero el tango nunca morirá,
aunque el tiempo robe su dulzura.
Si algún día vuelves a mi altura,
te hallaré en un vals para llorar.