Sólo cerré mis ojos, entre prístino color
estába mi madre, alegre en su cocina
cantando una canción, alegres azulejos,
reflejaban la flama, de una limpia estufa
Una olla humeaba, un delicioso aroma,
las delicadas manos, de mi tan adorada,
y tan hermosa madre, batían y batían,
giraba el molinillo, molinillo girando.
parado junto a ella, mirando el proceso,
su delicada voz, sientate, me indicó,
disfruta el chocolate, chocolate caliente.
Rico chocolatito... Cómo olvidar su voz
Su maternal llamado; no saben cuanto extraño,
mi amorosa madre, entre ricos aromas,
que el tiempo desvance, cuanto te extraño madre...
suave armoniosa voz, que aún vive en mi ser
Dr. Salvador Santoyo Sánchez
11/12/2024