No quería perderte y me perdí a mí.
Me quise quedar, y me quedé sin tí.
No supe saltar y sola me caí.
Y sin saber correr, ya quisimos huir.
No me quedan diccionarios que te entiendan,
Y mis letras no sirven para hacer que vuelvas.
No me quedan más estrofas ni poemas,
Si yo no sé leerte y tú no me enseñas.
Si ahora pasa el tiempo, pero tú ya no,
Y al decir tú nombre, no sale mi voz.
Y si en algún momento tú cora supiera,
Que estos labios suicidas, aún así te esperan.
Dime quién de los dos ganó la apuesta,
Si me siento perdida cada que te acercas.
Dime quién de los dos ganó la guerra,
Si estos labios suicidas aún aquí te esperan.