Besas despacio mis labios dormidos,
tiembla mi boca y despierta en tu honor;
ella te canta con suaves gemidos;
dentro de mí se desborda el calor.
Rozas mi cuello, palpita mi vientre,
baja tu mano surcando mi ser;
abro mis rutas dejando que encuentre
ese botón que cobija al placer.
Siente el capullo tu espina en su seno;
somos la danza ondulante del mar,
un cataclismo impetuoso y sin freno;
oigo en el cielo al infierno gritar.
Todo mi cuerpo es llovizna de estrellas;
calmo me abrazas y duermes con ellas.