¡Es hermoso ver desde la atalaya de mi existencia todo ese horizonte donde he podido otear el crecimiento, desarrollo personal y éxitos en la vida profesional de mis dos hijos nacidos desde mi vientre... y del fruto de un amor maternal nacido desde mi corazón (mi hija adoptiva) y maravillarme viendo el verdor de los árboles y florecillas sembrados en el fabuloso jardín encantado de mi hogar, y ya, en el reposo de mis años, sentirme inmensamente feliz, poder hojear pausadamente, cada página de ese gran libro donde he plasmado mis vivencias entre cantos y poemas... sonrisas y lágrimas, pero también de grandes satisfacciones!
¡Así de bella es la vida (con sus bemoles)...nuestra razón de vivir, de ser y estar, para continuar por estos caminos, algunos expeditos, otros, alfombrados de rosas con sus infaltables espinas!
Nhylath