Por última vez… déjame contemplarte,
como un astro fugaz en la noche oscura,
pues luego, mi alma emprenderá su viaje,
para siempre, llevando tu rostro etéreo,
grabado en mi memoria, tras años de errar y esperar…
Por última vez… déjame grabar tu voz,
un eco celestial en el silencio profundo,
para que, cuando mi senda se pierda en brumas,
tu melodía resuene en la soledad inmensa,
guiándome hacia recuerdos de luz y dicha…
Por última vez… regálame una sonrisa,
un destello radiante en el ocaso sombrío,
pues solo tú llevas las horas más preciosas,
de quien naufragó desde el instante mismo de su albor…
Por última vez… déjame estrecharte,
en un abrazo que detenga el tiempo inclemente,
porque ignoro si regresaré de este desierto,
de esta soledad que me consume sin cesar…
Por última vez… préstame un fragmento de tu alma,
lo guardaré en un cofre de jazmines y océano,
que lo perfumarán, cada vez que te recuerde
y me lamente… que por última vez… te amé,
y que… en el silencio, seguiré amándote.
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