Milber Fuentes

Laberintos sin salida: libertades borradas y la fragilidad de existir.

 Siempre están presentes los laberintos sin salida,

que te desgastan,

haciéndote vacilar en la incertidumbre

a la que recién te has entregado.

Sin embargo, en el caos

puedes encontrar un resquicio:

una estrategia,

un paliativo

que te permita respirar en el abismo.

Algo así como la esperanza.

Vivir es estar atrapado

en un número infinito de encrucijadas,

en las que no siempre hallarás un camino.

Estás destinado a librar

batallas interminables,

y no saldrás indemne:

lesiones, magulladuras,

y acaso, la sangre

que se derrama sin aviso.

Pero confías,

en que el tiempo,

llegará con su promesa

de un día sin dolor,

de un día en que el sufrimiento ceda.

Aunque, en verdad,

eso jamás ocurrirá.

La razón misma de existir

está tejida con lo irremediablemente difícil.

Es lo que te empuja a seguir,

aunque, irónicamente,

renegarás siempre del sufrimiento

que te hace humano.