Tu piel,
un lienzo donde el tiempo se detiene,
obra maestra de los días y las sombras,
allí mis manos descubren los secretos
que la luz no alcanza a contar.
Déjame andar por tu geografía,
sentir la delicada arquitectura
de cada curva que respira
con la fuerza de un susurro contenido.
Cuando mis labios se encuentren con los tuyos,
que sea el instante eterno,
la chispa que prende el fuego
donde nuestras almas se reconozcan.
Y mientras las velas dibujan su danza,
que sus llamas tiemblen al mirarnos,
zigzagueantes, como nosotros,
perdidos y hallados
en la urgencia de la pasión.
Haz que el mundo se desvanezca,
tómame en el calor de tu abrazo,
que no quede más que el perfume del deseo
y el eco de los suspiros
cruzando el aire como aves libres.
Tu piel,
poesía escrita en silencio,
obra de arte que el amor reclama,
es mi refugio,
mi principio y mi fin,
el lugar donde la pasión
se convierte en hogar.