RAÍCES DE TU AMOR AUSENTE
Aunque pienses lo peor de mí, en tu mente nublada,
Como un río caudaloso que desborda su cauce,
A veces es mejor mantener distancia, una mirada,
Que se pierde en el horizonte, buscando su espacio.
Perdóname si me equivoco, como un pájaro en vuelo,
Que se desvía de su ruta por un viento inesperado.
Pero no olvides que tengo familia, mi propio cielo,
Que me abraza con sus estrellas, en cada paso dado.
Forastero, he vivido así, por tu ausencia dejada,
Como un barco solitario, sin puerto ni destino.
Pero en mi corazón hay una semilla anhelada,
Que espera florecer algún día, con un amor repentino.
Así que, aunque la incertidumbre nos envuelva, como una neblina,
Mantengamos distancia como dos montañas que se separan.
Quizás así, en el silencio, encontremos la melodía divina,
Y podamos reconstruir lo que se ha vuelto a desentrañar.
Son las raíces de tu amor ausente,
Que se hunden en mi corazón como una herida abierta.
Pero sé que la culpa no es solo mía, de repente,
Ambos hemos dejado que esta distancia se interponga.
En cada noche estrellada, suspiro por tu abrazo,
En cada amanecer, añoro llegar a tus pasos.
Quién sabe si tal vez habrá un reencuentro,
Un abrazo que cure heridas y desentierre el tiempo.
© Corazón Bardo