Serpentea un camino gris
de ancho y profundo matiz
a su vera agobiado y cansado
avanza cuasi contando
sus pasos y sus pesares
entre rictus de amargura
y la faz de melancolía
un ser de duelo febril.
Quiere apresurar la marcha
tan quedo tropieza y cae
levantarse al rato no puede
asirse de algo no halla
casi de hinojos se pone
llevando redor la mirada.
Caminantes van a su paso
Ignorando lo que ven
Indiferencia que mata.
Una voz por dentro le dice
“Levántate , camina y sigue
tu caminar aun no termina
no pagaste tus cuentas
y es duro dejar la huella”
Aquejadumbrado y sin fuerza
se iergue y retoma la ruta
Hay fuego en su entraña
Esperanza en su sonrisa
aun tiene que saldar
lo que a la vida debe.
No hay deuda que no se pague
No hay Plazo que no se cumpla
Ni cuerpo que la resista
Lo que temprano no pasa
aunque tarde pero llega.
Así es el andar del peregrino
en los vericuetos de la vida
entre destellos de alegria
y sordo y retumbante clamor
va marcando con cada paso
la huella que será la guía
de su postrer linaje de honor.