Milber Fuentes

Tierra y abismo: columnas de palabras que sangran.

 \"Plato de redención\"

Consumo el dolor

como un plato principal,

servido en la penumbra del mejor restaurante árabe de la ciudad.

Ahí donde las citas se celebran,

pero prefiero ir solo.

Toda mi vida está tejida con hilos de redención.

Mis palabras son cuchillos y bálsamo,

coraje y redención,

costuras en una tela que nunca deja de rasgarse.

Hay sueños,

sueños que pesan,

como frutos demasiado maduros.

Mis manos duelen al alcanzarlos,

pero no puedo evitarlo.

Es inevitable consumir este dolor:

vegetación fértil,

raíces que devoran otras raíces,

aunque ellas mismas sean condenadas a perecer.

Los sueños son demasiado fuertes

para abandonarlos en la mesa del descuido.

Y tengo estas palabras,

estas palabras que sostienen mi frágil existir,

como columnas que tiemblan,

pero no caen.

Al final, es el dolor quien me alimenta,

es mi tierra y mi abismo,

mi herida y mi cosecha.

Y, paradójicamente,

es la razón por la que sigo caminando.