Es como un niño
el compositor,
ha olvidado su propia canción,
usa el piano que mi infancia le prestó,
para interpretar su desolación.
Una ligera sonrisa armónica,
un acorde mayor para su destino,
línea melódica en do
por conservar el estilo;
es un delirante soñador.
Pequeño infante, el compositor,
con alucinaciones acústicas,
y visiones musicales,
reencuentra a su gran amor,
entre las paredes sónicas
de una vieja tonada,
se miran con ornamentación desafinada,
son una tonada sinfónica…
jamas sabrían cómo ser normales.