Lenin Guevara

EL MEXICANO Y LA MUERTE

 

Vagaba sin rumbo fijo

  por Texcoco un mexicano

_Cuento de primera mano

  lo que la gente me dijo_

  Escuchó a su lado: _Hijo,

  ¿Porqué triste y cabizbajo?

  ¿Te corrieron del trabajo,

  o es que te dejó tu amada?

  No te preocupes por nada,

  que ya pronto vas pa abajo_

 

  Se estremeció de terror

  aquel hombre; no veía

  nadie a su lado; sentía

  que perdía todo color.

  Armándose de valor

  decidió tentar su suerte:

  _¿Acaso eres tú La Muerte

  y has venido a visitarme?

  No lograrás asustarme

  a menos que pueda verte_

 

  _He de llevarte conmigo

  hasta el reino de la nada_

  Respondió una voz helada.

  _Calma, escucha lo que digo.

  Buen rato hace que te sigo

  sin comprender tu actitud;

 veo que buscas la quietud

 de este lago; así, apartado

 del mundanal ruido; alejado…

 ¿dónde está esa juventud?_

 

 _A tu edad es de esperar

 que olvidaras tus deberes

 y anduvieras con mujeres

  bebiendo y sin trabajar_

 _Pero no…te veo pensar…

  por eso me caes tan bien…

  que sin mirar bien a quien

  te haré una proposición:

  Es mi mayor ilusión

  irme contigo a bailar_

 

  _Quiero por fin convencerme

   que es posible divertirme

   con un hombre; desvestirme,

   jugar a desvanecerme_

  _Si consigues entenderme

  y me dejas satisfecha

  seré contigo derecha

  y cumpliré tus deseos

  sin trampas ni devaneos,

  rápida, como una flecha_

 

  Se estremeció el infeliz

   al imaginarse un ligue

 con La Muerte ”¿ qué sigue?

  si cometo algún desliz?”

  _No vivo ahora muy feliz

  por el Río de Los Remedios;

  y es que no tengo los medios

   de cruzar a la otra orilla

  por dos kilos de tortilla…

  mis propósitos... muy serios_

 

  _¡Qué remedios ni qué nada!

   Conmigo eso no funciona,

   si La Muerte se enamora

  “se acabó lo que se daba.”

   Y por si se te olvidaba,

   tu vida pende de un hilo,

    no te salvará  ni un kilo

    de años de juventud.

  ¡ Me cumples a plenitud

    o te carga la chingada!

 

    Sintiéndose más seguro

     En su anormal situación

    el hombre vio la ocasión

     de resolver todo apuro.

   _Pues la haré gozar, lo juro,

    pero me ha de prometer,

    que pronto rico he de ser.

   Quiero una casa chingona

    y otra vieja bien entrona.

    Y usted… jura no volver_

 

   Con aquella idea tan marra

   tomó a La Muerte del talle:

    _Órale, pa que se me calle

     nos vamos ahora de farra_

    _ Se va a tomar una jarra

     de este Tequila de a peso,

     que le voy a dar un beso

     bien baboso en la mejilla

      y seguimos pa La Villa

     bailando en el puro hueso_