En el santuario del hogar sagrado,
Donde los lazos de amor son tejido dorado,
Risas danzan como pájaros en vuelo,
Abrazos que nos cubren como un tierno velo.
Abuelos, padres, hijos en unión,
Compartiendo pan, tiempo, corazón,
Cada mirada es un verso profundo,
Cada caricia, un poema sin fondo.
Como el agua que fluye en antigua fuente,
Nuestra sangre late, cálida y presente,
En este círculo de luz y de memoria,
Escribimos juntos nuestra propia historia.
Aquí los silencios hablan con ternura,
Aquí el amor se hace savia y madera,
Un mundo pequeño de inmensa grandeza,
Donde la familia es nuestra raíz verdadera.