Marcos Magallanes

Aliento insólito

Cansado, incapaz de cualquier historia,
en un bucle, sin tiempo, atrapado.

(A merced de infinitos ojos
fabricados con el cadáver de un dios, asesinado.
Enganchado a una Matrix que existe
y no puedo probarlo.
Respirando el humo que exhalan los edificios
plantados sobre suelos áridos.
Esperando lo mejor
porque solo se puede
estar esperando.
Oyendo las plegarias de la gente,
sus penas, necesidad, deseos inventados.
Quiero decir que entiendo qué hago acá
que soy libre, medio libre o algo
pero este escribir, como se cortan las gemas
parecen ansias nacidas del valor por lo vano.
Los animales no necesitan gemas,
no necesita gemas un árbol;
será por eso que la poesía
en la que se sumerge el mundo
puede ser respirada solo por el pulmón humano.
Solo nosotros inventamos la tristeza
para tener qué pensar en los atardeceres largos.
La herida abierta nos convierte en herida,
en un solo cuerpo el amor
y el odio como la sangre en hermanos.
Este es mi oficio.
No sabré si nací con esto
o si esto me ha encontrado,
pero tengo la dicha de saberme en el mundo
como si todo el mundo me cabiera en la mano.
Solo me queda la Suerte:
mariposa de cristal
suspendida sobre el fuego,
talismán de luces que nace
para los que vienen
de los que estamos).