Advierte, Sancho -dijo don Quijote-, que el amor ni mira respetos ni guarda términos de razón en sus discursos, y tiene la misma condición que la muerte: que así acomete los altos alcázares de los reyes como las humildes chozas de los pastores, y cuando toma entera posesión de una alma, lo primero que hace es quitarle el temor y la vergüenza
¡Qué alma más bella tienes!,
a tu lado los soles empalidecen,
la brisa acaricia menos,
la lluvia llovizna,...
eres la más hermosa,
fragante,
sutil de las rosas;
la poesía se enaltece,
los laureles de oro
y de diamantes
te sientan bien,...