María, flor que encierra luz divina
vaso sutil del alba inmaculada
tu seno puro, lámpara que inclina
su llama al soplo de la fe sagrada.
De ti brotó la vida, eterno río
la voz del Padre en carne revestida
y con sus manos, alburas del rocío
abrazas al amor, fuente de vida.
En tus pupilas danza el firmamento
el oro del celeste resplandor
y en tu regazo, cálido y atento
reposa el Niño, tímido Creador.
Oh, madre pura, espejo de los cielos
reina que guarda en su mirar los sueños
en ti se posan ángeles en vuelos
y cantan su verdad los astros dueños.
Tu vientre fue la cuna del Misterio
tu alma, el templo donde Dios habita
de pie, en la sombra dulce del imperio
brillas, María, lámpara bendita.
Rostro de gracia, sagrada intercesora
danza en tu nombre el eco del rocío
tus manos calman, tierna y consoladora
el llanto que arde en el pecho frío.
María, vaso puro, cristalino
en ti se encuentra el trono del Señor
eres sendero humilde y peregrino
que lleva al hombre al reino del Amor!