En la indiferencia del mundo lavo las penas de mi alma.
Soy como un angel mudo que solo solloza y ya no canta,
Si hasta mi lucero no destella en la alborada.
Mi gemir es un clamor desgarrador
que solo clama seguir silente mi marcha.
En esta vida sin vida mis lágrimas
son trocitos de un corazón
Que agoniza en la nada.
Eterno Dios que de las almas tristes
te apiadas,
Dime si en tu regazo consolador
habrá lugar para mí alma desdichada,
No ves que mis días poco a poco se apagan,
Y solo soy como nube blanca
que se deshace en la nada.
Déjame volar hacia donde tu estás antes que junto a mi...,
Que junto a mi se muera también mi ultima esperanza.