En la nostalgia de tu ausencia,
la soledad trasciende mi esfera,
Y tu recuerdo atraviesa el alma,
Maldita melancolía, como no quiciera.
En el cuarto de esta luna menguante
Que alguna ves nos regalamos
Y en la arena de la playa prometimos
Nunca, jamas olvidarnos.
Hablamos de los sueños, del amor y sus locuras.
Nuestros cuerpos se abrazaban, nos aferramos como el cielo a las estrellas.
La ilusión era la pintura y la compañía,
No pensábamos en la palabra perder,
Vivimos cada segundo como si fuera la primera vez.
Supimos ser un diluvio de amor a pleno sol,
Fuimos la florecencia de la pasion, la de cadencia y luego el dolor,
Nos desnudamos lo más íntimo de nuestros egos,
Pero no supimos vestirnos en la piel del otro.