Quien te escribirá después de mí,
quien en sus largas noches
retará al silencio
murmurando tu nombre un instante.
Quien se dejará caer hacia el vacío,
para ir detrás del aire
que se escapa de tu boca
impunemente…
¡Nadie…! Solo yo, que voy triste
con mano
herida
escribiendo algo…