Sentado en el mueble
y tu, a la vez, en mi,
de frente,
unidos en el ínterin
de la sublime noche
te sentía feliz.
Yo en tus entrañas,
tu en mi alma,
fundidos en ganas,
besos tras besos,
trémulos y erizados,
levitabamos,
saciando el fuego
que nos quemaba.