Perdón si no fui lo que tú esperabas,
si entre mis manos te hice llorar,
si en mis palabras no hallaste calma
y sólo quedaba un triste lugar.
Perdón si mi torpe e intensa presencia
te agobió cuando buscabas paz,
si en mi afán de amarte sin medida
te alejé sin querer mirar atrás.
Tal vez insistí donde debí detenerme,
tal vez presioné sin saber esperar,
pero te juro que nunca en mi mente
hubo intención de querer lastimar.
Puede que hoy sea tarde en el tiempo,
y la distancia nos separe en verdad,
pero mi corazón aún guarda momentos
que viven eternos en mi soledad.
Te seguiré amando como aquel instante,
cuando tus ojos hicieron mi mundo brillar,
cuando tu risa, tan dulce y distante,
se volvió mi refugio, mi hogar y mi mar.
Te miraré siempre como la primera vez,
con los ojitos que brillan de emoción,
como un niño que en el cielo ve
el regalo más puro para su corazón.
Aunque la vida nos marque caminos,
y el destino nos lleve a olvidar,
te prometo, amor, que en mis latidos,
nunca dejarás de estar.
Porque hay amores que no conocen invierno,
que sobreviven la lluvia y el sol,
y aunque yo falle, mi amor será eterno,
un suspiro que vive sin condición.
Así que perdón si fui sombra en tus días,
si no supe ser tu faro de luz,
pero entre todas mis alegrías,
fuiste y serás mi más dulce virtud.