Sexualidad psicológica.
Estoy de pie con el móvil en la mano
esperando en la parada del autobús.
Llega justo a su tiempo programado,
subo, el conductor es un señor de unos
50 años, fornido y bigotudo, muy serio.
De mirada fija, y que apenas saluda a
las personas que recibe como pasajeros.
Cruzo todo el autobús y voy a sentarme
al final, justo en el asiento central,
desde el que se observa todo el pasillo.
Hago como que miro el móvil, aunque está apagado.
Desde mi privilegiada posición observo
cómodamente a todo el que sube y baja,
también a todos los que van sentados.
Esta natural, sencilla y cotidiana escena
me hace fijarme a modo policial o psicológico…
en cada uno de los pasajeros, que van subiendo,
por ejemplo, en una mujer que sube de rubia melena.
Esta mujer que acaba de subir, tendrá unos 30 años,
lleva un bolso negro bonito, que parece pesado.
Camina por el pasillo hacia mí, se para, y elige sentarse
dos filas por delante, boquiabierto, la miro como atontado.
Pero antes de sentarse saca del bolso un libro gordo…
que parece ser una gran novela de misterio, se sienta,
y acomoda el libro sobre sus rodillas, lo abre y se pone a leer,
aunque más bien mira y observa… al resto de pasajeros.
Por muy largo que sea el trayecto de su viaje, no creo consiga leerlo
en su totalidad, aunque se le nota que no lee, pues levanta
continuamente la vista observando a los demás viajeros,
fijándose sobre todo en los hombres, se diría que busca ligue.
Al fin y al cabo, hace lo mismo que yo, ella tiene un libro en las manos…
y observa a los hombres, yo tengo un móvil en las manos…
y la observo a ella, sobre todo a ella, pues es muy atractiva,
a ver si hoy es mi día, voy a sentarme a su lado a ver si ligo.