Hundida en el pozo
de la desesperanza,
con ansias de sentirse
querida y deseada…
Se escapó de la realidad,
por impulso hizo
trizas el recato.
Liberó la desnudez
de su cuerpo y alma,
sin sopesar
el efecto mariposa.
Por la complejidad
del temor y sus dudas,
el fantasma del pasado
hurga en su conciencia,
“para que deje de ser ilusa”
y decrete límites.