Jhetsefany

Sentidos (deseos)

 

¿Qué habrá de sano en lo humano,
que pasa de malo a bueno
y pone piedad al mundo
tan solo después de muerto?

Es relativo un valor
y relativo un derecho,
relativa es la promesa
que propone acción y gesto
y se cambia o abandona 
según sentido del viento,
como ese amor que aparece
con presunción de guerrero,
y se queda en la jactancia
de un amor de fariseo.

La compostura malsana,
adorna frágiles templos
donde cantan las figuras
que llaman al canto rezo,
y atan a sus marionetas
con finas cuerdas de acero
que se anudan en sus manos
con nudos de rienda y freno,
pues se frena la razón
dándole rienda al deseo.

¿Qué habrá de sano en lo humano,
que pasa de malo a bueno
y pone piedad al mundo
tan solo después de muerto?

Qué fácil es desear
la paz para el mundo entero,
y a la vez hacer la guerra
al cercano compañero,
que al caminar afín
y usando el mismo sendero,
puede pisar en tu sombra,
y por tanto en tus deseos,
porque lo propio no es propio
si interfiere con lo ajeno.

No debe caber la prisa
en dar respuesta a deseos
que modelan voluntades
de unos propósitos feos,
y suelen ser la respuesta
para los ojos más ciegos.
Aspiración de fortuna
para el sanito viajero,
aspiración de la vida
para el caminante enfermo.

¿Qué habrá de sano en lo humano,
que pasa de malo a bueno
y pone piedad al mundo
tan solo después de muerto?,
porque la vela apagada
no tiene llama ni fuego,
y es bendita por la ausencia
de la razón del empeño
en buscar a quién quemar,
por respuesta a buen deseo.

El ansia por el amor
no llena del todo el cesto,
pues este nunca se llena
si está lleno de agujeros.
El aire que lleva gritos
siempre devuelve sus ecos,
que sonarán siempre igual
aunque difieran sus dueños.

 

Jhet