Sube, sin miedo, al cielo infinito,
donde el viento susurra sueños benditos.
Tu esfuerzo es alas, tu meta es luz,
y cada paso te eleva más tú.
No temas la altura, ni el vasto horizonte,
tu espíritu guía, firme como un monte.
En cada caída, un aprendizaje,
en cada escalón, un nuevo paisaje.
Que el brillo en tus ojos refleje el anhelo,
y tu alma valiente conquiste el cielo.
Pues subir es lucha, es un arte sutil,
es pintar de grandeza tu propio perfil.
La cima te llama con su voz serena,
mas el viaje en sí calma toda pena.
Cada tropiezo afila tu esencia,
y te corona con más experiencia.
Los cielos son tuyos, audaz soñador,
y el mundo contempla tu gran fervor.
El sol te saluda, la luna te guía,
el cosmos celebra tu valentía.
Sube, que el viento será tu aliado,
cada estrella un faro del pasado.
Eres la fuerza, el fuego, el rugido,
la historia que nunca será vencido.
Por cada paso, un eco resuena,
en el corazón de quien sueña y anhela.
Sigue subiendo, hasta el infinito,
pues tu espíritu es fuerte, tu vuelo bendito.