Hay recuerdo que en brillos reverberan
y el tiempo no los puede opacar ni desangrarlos,
porque yo los quiero vivos.
Son recuerdos que impactaron mi ser de tal manera
que se hicieron para siempre vida.
¡Qué insondable e inefable es el prodigio
de ganarle al tiempo en su girar perpetuo!
Cuando el alma en su esencia pura quiere
que el recuerdo, aunque él no te recuerde,
permanezca intacto en la memoria,
lo hace parte de sí para que tú
te complazcas en él cuando sea necesario.
Por eso reverberan… reverberan…