Aquel día de tu adiós…sin despedida ni final,
instante atroz…
momento gris.
No dio tiempo a nada más.
Un lacerante sufrimiento,
un desasosiego lento,
una nostalgia insalvable…que extendía su manto de dolor,
que manifestaba en los ojos su sombrío color.
Tu adiós…un acto impredecible,
inusitado…
inconcebible…
inesperadamente punzante,
que dejo una herida letal…con su fino puñal.
Cargado de angustia y de desesperación,
un intervalo de silencio …que se apoderaba de la noche…
en cada insomnio enloquecedor.
Tu desaparición como último acto…de esta historia sin desenlace,
en el drama brutal de la vida…que lastima sin piedad.
La ansiedad que se cola por cualquier lugar…
y la incertidumbre como dueña del porvenir…
sin permitir volver a comenzar,
sepultando las sonrisas…detrás de un frío gesto de seriedad.
Aquel día oscuro…de tu abandono fugaz…
vi apagarse la ilusión,
vi extinguirse toda la pasión…
desencadenando un mar de llanto…
una lluvia incontenible de amargura…
que me iba ahogando de frustración.
Dilema el mío…
entre recordarte como efímera luz…u olvidarte de una vez,
entre arrinconarte en la añoranza para no volverte a extrañar
o implorarle a tu efigie de sal…una nueva oportunidad.