Mi camisa a rayas, y mis hojas en líneas;
dibujo en borrones… un campo virgen y unas mañanitas,
matizadas de frío y calor.
Ando pensativo, todo el tiempo;
me abostesco cansado en el cortejo,
y ya mi madre me regaña, con dulzura, mi capricho.
Serio en el momento,
me divierto en mis versos;
camino, camino y camino,
buscando una caracola a la cual escuchar y calmar mi ansiedad;
y un paraíso infernal, en el cual descansar.
Sin rima ni prisa,
me arrullo a la luna, que en una runa la guardo;
qué casual, viste y me inspira al rato… pero…
¿Por qué te escondes, si solo hago cándidos e incoherentes versos?
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