Lord Gunth

ES UN HIJO DE PUTA, PERO ES NUESTRO HIJO DE PUTA

Me miro al espejo mientras
me afeito con la potencia
de mil revoluciones fallidas,
nada va mal en esta danza
sosegada dentro de mi mente.
Cristo y la virgen María
están de mi lado.
Y por ello sigo afeitándome,
atrapado en esta tonta felicidad
los mirlos me sonríen
y cultivo un piojo
dentro del roto corazón
que se aprovecha de mí
y me da patadas en el culo
cuando no me doy cuenta,
o he desconectado ya totalmente
del suero de la realidad.
Seguiré así hasta que
las tristes consecuencias
se apoderen de la situación
y la negra sangre salga chorreando
por todos los orificios de mi cuerpo
canturreando una melodía extraña
que solo yo conoceré.
Con los ojos serenos,
me despediré y un delgado
teniente amará mi cuerpo inerte
como un niño ama a su madre
y la abraza en las noches de desconsuelo.
Saldré de la existencia
con una palmadita en la espalda
y los más sublimes recuerdos
de la belleza cotidiana.
Las memorias de una sombra
destinada a vivir.