Con la mente entre los instintos caninos,
como un pedazo de monolito,
revuelvo la respiración
golpeando el pecho con los puños
para animar el espíritu animal
y asiento el cuerpo que habita
en el lugar que le corresponde
en el círculo del reino animalia.
HuGóS | 12-17-2024 | 1:16 a.m.