Ven a mi casa esta Navidad!
Ven, trae tu risa, que el invierno es tan frío
y las sombras del año se alargan en mi hogar.
La noche de diciembre, en su fulgor sombrío
necesita tu voz para poder brillar.
Mi mesa está desnuda, pero hay pan en mis sueños
y un vino imaginado que no sabe a dolor.
Las luces titilantes son luceros pequeños
que adornan los rincones con un débil fulgor.
Trae tus manos abiertas, no importa lo que falte
que el fuego del cariño es llama sin igual.
La estrella que ilumina mi techo es el baluarte
de un amor infinito, eterno y celestial.
La Navidad no es oro, ni adornos ni grandeza
es un abrazo limpio que renace hermandad.
Ven, que mi puerta aguarda con humilde pureza
y juntos, entre sombras, haremos la Navidad!!