Algún día volveré al lugar donde nací
volveré a colgarme de las vetustas ramas
de alisos y quinguales, de verdes guindos
volveré quizás para siempre
Volveré donde el río me abrazaba
y su estruendoso gemido me intimidaba
donde el coro de los grillos y ranas
me daban serenata para no olvidarlas.
Volveré a ésas casitas pintadas de blanco
con tejas coloradas y patios empedrados
con techos adornados con jarritas de barro-
y gordos toritos de Pucará
Caminaré otra vez por sus callecitas
que me llevaba a la escuelita rural
perfectamente uniformado
con camisa blanca y pantalón azul.
Allá donde los recuerdos se cuelgan
y el futuro se juega entre vacas y patos
allí donde se construyen molinos y puentes
con pajillas del recuerdo.
Volveré a contemplar el ocaso solar
como bola de fuego que cae al atardecer
y la orgullosa Luna que se ríe de él
un idilio astral, pero con infinito amor.
Lima, 18 de dicembre dl 2024
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