Amado mío, tan mío…
Tan mío, amado mío que todavía la cama huele a ti.
Tan mío que abrazo tu almohada y siento tu cuerpo mojado sobre mí.
Veo el reloj, y el tiempo se detuvo, es como si estuvieras
aquí; a un lado mío, Amado mío!!
Tan mío, amado mío, dueño mío, de mi historia y de mi vida,
dueño de mis sueños y de mis fantasías con deseos de sentirte
aún a mi lado, dueño de todo lo que soy en ti y tú en mí.
Deteniendo el tiempo y cerrando el espacio para encontrarnos de nuevo.
Ahora somos como los rieles del tren, juntos, pero separados,
Por qué la muerte te sorprendió esa madrugada que no quiero recordar.
Pero en la cama todavía esta el olor de tu piel.
Y en las cobijas se quedo el sabor de tus besos y ahora siento que tengo
tus labios en los míos. Y, en la almohada siento lo dulce de tu mirada,
aquella que desvestía mi cuerpo todas las noches.
Es tu olor, aroma, risa, juegos nocturnos, pasión y fuego en tu cuerpo,
qué me mantiene con vida, mientras acercas la distancia para tenernos de nuevo,
en la vida eterna así como siempre lo soñamos.
Sigues siendo tan mío ¡Amado mío!
Alicia Pérez Hernández. México
No es la pluma la que escribe, es el alma
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TU \"SILENCIO\" GOLPEO DIRECTO EN MI ALMA.
Si te marchas
hazlo con ruido:
rompe las ventanas,
insulta a mis recuerdos,
tira al suelo todos y cada uno
de mis intentos
de alcanzarte,
convierte en grito a los orgasmos,
golpea con rabia el calor
abandonado, la calma fallecida, el amor
que no resiste,
destroza la casa
que no volverá a ser hogar.
Hazlo como quieras,
pero con ruido.
No me dejes a solas con mi silencio.