Somos pocos, muy pocos, talvez, contados con los dedos,
aquellos que deseamos ser desposados y amar, en el primer beso,
No es de esperar, que nadie desee ser esposo,
con tantas ataduras pasajeras, cuerpos libertinos, dulces atractivos,
las personas, no piensan, no creen, es mas le temen al compromiso,
y nunca van a terminar de entender, porque deseo casarme,
ser una esposa complaciente, que anhela a su hombre,
por ahora, pospondré el deseo y lo guardare sin llorar,
porque, hay mas sueños detrás,
como recorrer el mundo sola, tomar mil fotografías que podre revelar,
tomarme un café en medio de algún bar, bailar hasta el suelo trizar,
soy muy joven para estar triste, cuando el espejo me dice: tienes que brillar,
así que, te perdono, no era tu culpa,
pero si fue la mía, por esperar demás,
no puedo verte, porque aun te amo, ya lo sabrás,
y en esta noche vieja debo dejarte atrás,
porque extrañarte me cuesta,
cada día que esta pasando, siento que vas a regresar,
y no es el momento, ya no es nuestro momento,
te amo, y te mando mil besos,
porfa, cuando desees regresar, pregunta sobre alguna nueva poesía,
o invítame a bailar, conóceme de nuevo,
enamórame mas, que me estoy llenado con mi propia voz de la cabeza,
y nos empezamos a llevar,
mantengo mi promesa de ser tuya, lo sabes, lo sabrás,
pero dejarme escribirle un cuento a nuestros niños,
con todas las aventuras que acabo de planear,
déjame vivir, suéltame ya no quiero llorar,
me desespera extrañarte,
pero necesito sonreír mas,
quiero amarme, para volverte a amar,
déjame construirme y cuando nos volvamos a ver,
con tal solo ver mis ojos, lo entenderás,
nos soltamos, para volvernos a encontrar, en algún prado y amarnos aún mas.