Tu piel, para mí, fue más valiosa que el vasto universo,
recorrerla era hallar el fin del cosmos, mi verso.
Perdido en las estrellas, entre lunares brillando,
cada rincón de tu cuerpo, iba navegando.
Para él, tocar tu piel fue solo un gesto vacío,
un pedazo de tierra, sin alma, solo frío.
Besar tus labios, para mí, era alzar el vuelo,
surcar el cielo, regresar al suelo en un anhelo.
Para él, tus besos fueron miel en un panal,
un deseo efímero, un placer superficial.
Hacerte mía, para mí, fue grabar una historia,
un sello eterno, un amor lleno de gloria.
Para él, fuiste solo un capítulo pasajero,
buscando en tu cuerpo su capricho embustero.
La diferencia entre él y yo es clara y profunda:
Yo te amo, mientras él solo te ve como una sombra,
un juguete más, un objeto sin valor,
mientras yo te ofrezco todo, mi vida y mi amor.