Déjenme contemplar el brote
de las amapolas que se abren solas
déjenme que su olor me embote
esconderme quiero entre sus corolas
Tengo el deseo de reír las penas
es un privilegio el reir llorando
dentro la congoja azul están plenas
pues el mundo abate y va solazando.
Abrir la ventana que aprisiona quiero
respirar al paso del viento que sopla
rozando mi piel en otoño fiero.
Soy un alma etérea que se desvanece
quisiera ser lirio o quizás un ave
que huye en el vuelo y desaparece.