No me fio del viento cuando está violento,
porque sopla con malos intentos,
parece una espada helada que se clava en la espalda.
No me fio de las nubes que van cargadas de desespero
pues las descargaran en aguaceros.
No me fio del mar bravío, quiero un mar tranquilo.
Me fío de la luna cuando se asoma moruna,
a veces taciturna porque también tiene sus penas.
Me fio de las aves que emigran,
pasan volando sobre la mar, rozando la luna llena,
van en busca de la calidez de otras tierras,
porque saben que se adelanto el invierno,
y llego azotando aires de hielo intenso.
No me fio de las miradas huidizas,
ni de las palabras falsas, me fio de las buenas amistades,
pues te miran directamente a las retinas,
y me fio de la suave brisa, pasa y te acaricia,
y me fio del horizonte donde puedo colgar mis ilusiones,
mis sueños que son aves de paso pero que dejan un buen rastro.
Me fio de mis sentimientos que son sinceros
y van dedicados al amor de mis anhelos,
que habita en el más allá lleno de misterios.
ETERNIDADES