Hemos trazado sendas a sitios impensados,
sendas paralelas, sendas convergentes,
en dirección a un destino,
sendas de amor que renacen entre flores,
sendas de espinas que guarnecen las flores,
sendas de manos abiertas, disponibles, honestas,
sendas de manos temblorosas, trepidantes, pudorosas.
Hemos consentido soltar las amarras,
tejer el destino con pinzas de espera,
desarroparnos de asfixias,
desnudarnos de rencores.
Hemos consentido regresar a la esencia,
de pechos vehementes y labios honestos,
de palabras sencillas y miradas ingenuas.
de cielos enardecidos, como presagio de entregas,
de rostros sin máscaras para la libertad del espíritu.
Hemos consentido desatar las sonrisas,
para seducir las mañanas que entreguen los días,
y volar junto al ave que redacta la historia,
para que escriba los versos,
de la plenitud entre abrazos.