Tu desaparición… inesperado suceso en mi triste verdad,
contundente y definitiva…como un cataclismo atroz…
que agitó mi interior…devastando al corazón,
tomó al alma desprevenida…
y a la razón confiada,
al sentimiento despreocupado,
a los respiros indiferentes…
y lentos los latidos, en trance…amortiguados como apagándose.
Fue tu huida brutal,
no dio tiempo a resistir,
sin argumento ni motivación…solo sucedió,
solo confirmó tu lapidaria hora de marcharte,
y te evaporaste a otro contexto…sobre un desenlace diferente…donde ya no existo yo.
En un instante todo cambio,
de brillante refulgente…a oscuro sin aroma ni color,
de claro nítido…a un opaco melancólico… con sabor a desolación.
Fue tan repentino…nada previsto,
un momento de desdicha… y de inefable dolor.
Tu abandono…sin despedida,
como si no existieras,
como delirio espectral,
un oasis ficticio de pasión,
que terminó en nostalgia…abrazado de una angustia tenaz.
Con la mirada perdida en el abismo de la impotencia,
sin fuerzas para continuar.
Resignado me he quedado…con la espina clavada.
Me he sometido a la idea…de sospechar que no vendrás…nunca más,
que jamás regresarás,
con una lágrima titubeante…en la pupila de mi orgullo…
que no quiere admitir tu desamor.
Tu desaparición,
tu huida,
tu abandono,
tu despedida,
tu infausto adiós…
ha marcado mi final.