Respirando en su calma de agua,
respira en tormenta,
con ebúrneo sosiego,
flotando su canto.
Cristalino su manto,
brilla con desapego,
se derrumba mas no se lamenta,
vívida belleza que se propaga.
Con su inmensidad en la mirada,
profundidad en los ojos guardada,
un infinito después, uno antes,
el misterioso esplendor con sus romances.